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sinopsis_____________________________________________________________________________________

Poemario que canta a la vida. En él se aprecia el gusto por la versificación libre, colmado de un vasto ritmo interior. Editado por la imprenta Muvi. (Perú, 1999).

R E F L E X I Ó N


Qué bella es la vida,
qué bello es vivir,
qué linda es la tierra,
qué lindo es el cielo.
qué el lindo es el mar…

Entonces… ¿Por qué peleas?
Entonces… ¿Por qué eres egoísta?
¡Si todo el mundo es bello!
Por qué no amas a tus padres
si son buenos contigo.
¿Por qué los rechazas?
Si las plantas te dan vida,
los animales te dan alegría…
¿Por qué no amas la vida?

Dime si no tienes hambre.
Dime si no tienes sed.
Dime si no sufres, si no lloras.
Dime si no piensas, si no te amas…
¿Acaso quieres morir?
Entonces… si piensas, si te amas,
si quieres seguir viviendo…

¡Ama la vida y serás feliz!



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¡ O H, -M U J E R E S !


¡Oh, mujeres!
Todas son distintas, están en todas partes,
algunas son tímidas, otras son alegres,
algunas son humildes, otras vanidosas.

¡Oh, mujeres!
Cuando caminan por la ciudad
vanidosas avanzan serenas
dando alegría a los corazones.

¡Oh, mujeres!
Son el reflejo de la vida, de todo amor,
son el tesoro de toda la humanidad,
encantadoras, firmes y brillantes.

¡Oh, mujeres!
Ante ustedes reina lo bello y justo,
son símbolo de paz y felicidad,
llenas de coraje y mucha voluntad.

¡Oh, mujeres!
Son el alma máter de la naturaleza,
siempre delicadas y todas sensibles,
conocedoras de ánimo femenino.

¡Oh, mujeres!
Dedicadas siempre a su belleza,
tanto físico como espiritual,
y a sembrar y cosechar la armonía.

¡Oh, mujeres!
¡Oh, mujeres... Oh...
después de todo
son mujeres!










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R E C U E R D O - A -M I -M A D R E


Recuerdo a mi madre tan sola, tan triste.
La recuerdo cuando empezaba a ser madre;
recuerdo la sonrisa en su rostro
como una ardiente llama de fuego,
recuerdo aquella luz resplandeciente 
que brillaba en sus ojos,
parecida a la luz brillante de las estrellas.

Recuerdo a mi madre tan sola, tan triste.
La recuerdo tan valiente, tan sensible;
a veces era alegre, a veces era triste;
a veces la veía reír, a veces la veía llorar;
a veces hablaba, a veces callaba,
a veces estaba con nosotros,
pero muchas veces estaba sola,
tan sola como la noche callada.
 
Recuerdo a mi madre tan sola, tan triste.
La recuerdo en sus enseñanzas, en su ternura, 
en su honradez, en su afecto de madre.
Alabada por su esfuerzo y su alegría por fuera,
pero siempre era ella: tan sola, tan triste por dentro.

Y hasta hoy sigues tan sola, tan triste,
¡tan lejos de mí!...
Aunque ya no sienta tus caricias,
aunque ya no vea tu sonrisa, tu alegría,
aunque ya no pueda escuchar tu voz...

¡Tú estarás siempre en mi corazón, madre!













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V I D A - Y- M U E R T E


¿Cuánto escribiré? ¿Cuánto pensaré?
no lo sé;
y sigo escribiendo y sigo pensando…
¡Hasta dónde escribiré! ¡Hasta dónde pensaré!
no lo sé;
y continúo escribiendo y continúo pensando.

¿Cuánto caminaré? ¿Cuánto avanzaré?
no lo sé;
y sigo caminando y sigo avanzando…
¡Hasta cuándo caminaré! ¡Hasta dónde avanzaré!
no lo sé;
seguiré caminando, seguiré avanzando.

¿Cuánto reiré? ¿Cuánto lloraré?
no lo sé;
y sigo riendo y sigo llorando…
¡Hasta cuándo reiré! ¡Hasta cuándo lloraré!
no lo sé;
siempre reiré, siempre lloraré.

¿Cuánto triunfaré? ¿Cuánto fracasaré?
no lo sé;
sigo triunfando y sigo fracansando...
¡Hasta cuándo triunfaré! ¡Hasta cuándo fracasaré!
no lo sé;
continúo triunfando, continúo fracasando.

¿Cuánto viviré? ¿Cuánto moriré?
no lo sé;
y sigo viviendo y sigo muriendo…
¡Hasta cuándo viviré! ¡Hasta cuándo moriré!
no lo sé.
Sólo viviré en la vida, sólo moriré en la muerte…
¡Pero yo seré eterno en mi alma inmortal!




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P O E M A - D E L- A L M A


¡Oh, Dios!
Tú que sabes la verdad de la verdad,
yo te pregunto, ¿hasta cuándo viviré?
¿Hasta cuándo existirá la humanidad?
¡Oh, Dios! Por favor, dímelo ya,
que estoy sufriendo en mi dolor.
Por favor, dímelo ya,
que estoy cayendo en mi muerte...

¡Oh, Dios!
Estoy cansado de estudiar,
cansado de escuchar;
estoy cansado de hablar,
cansado de pensar.
¡Oh, Dios! Por favor, dímelo ya,
que estoy llorando en mi risa.
Por favor, dímelo ya,
que estoy riendo en mi llanto...

¡Oh, Dios!
No sé si estoy vivo,
no sé si estoy muerto,
sólo sé que no sé nada
y Tú sabes la verdad.
¡Oh, Dios! Por favor, dímelo ya,
que estoy viviendo en mi muerte.
Por favor, dímelo ya,
que estoy muriendo en mi vida...

¡Oh, Dios!
¡Por qué no me escuchas!
¡Por qué no me hablas!
¡Por qué no me miras!
¿Tal vez porque no existes¡
O porque sabes que éste...
¡es un poema del alma!

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